martes, 4 de junio de 2013

El respeto a El Corte Inglés

Imagino a Isidoro Álvarez, el gran continuador de la monumental obra de Ramón Areces, en la soledad de su despacho (ocurre esto en ocasiones: con más de 90.000 empleados, con una numerosa dirección, pero solo) de las oficinas centrales de El Corte Inglés, en la calle Hermosilla, leyendo la noticia con la que mandaba –como decimos en el argot- uno de los confidenciales de la red: “El Corte Inglés debe ofrecer a los bancos acreedores edificios emblemáticos, como los de Castellana y Preciados, en garantía para refinanciar su deuda de 5.000 millones”.
Luego, en el texto de la noticia, en cada párrafo una expresión o varias que durante toda la existencia de los grandes almacenes santo y seña de la marca España jamás se utilizaron en referencia a ellos. Reproduzco algunas expresiones:
Refinanciación de su deuda, entidades acreedoras, tendrá que ofrecer edificios emblemáticos como garantía para alargar los plazos de los vencimientos, nunca había tenido deuda bancaria, hay buena disposición por parte de los acreedores, es la primera vez que el grupo no logra autofinanciarse con su propia generación de caja, la banca reclama edificios emblemáticos, han exigido, los acreedores se han agarrado a la cartera del activos inmobiliarios del grupo, el banco Santander el más expuesto, El Corte Inglés busca desde hace dos años comprador para la Torre Titania, levantada sobre el solar del edificio Windsor, sus beneficios han caído en un 34 por 100…


Auténticas puñaladas en la imagen de El Corte Inglés, dirigidas a los órganos vitales de una empresa orgullo de España, de sus trabajadores y de sus clientes…
¿Qué está pasando en la empresa del triángulo verde, a la que hoy asaltan los titulares de los confidenciales con expresiones como las aquí recogidas, cuando durante décadas ha sido modelo de moderación hasta en su generación de noticias…?
No se me tache de exagerado si escribo que si algo le falta a la desmoralización de este país son los perfiles de la noticia que publica hoy un confidencial en la red.
Y no se culpe al mensajero, que se hace eco de lo que que estoy seguro de que tiene perfiles bien distintos al durísimo lenguaje en el que está escrita. Hasta no hace mucho tiempo, desde el propio El Corte Inglés se explicaban esos perfiles sin condicionar jamás la posterior redacción de los mismos. El éxito era bien visible. Desde no hace mucho tiempo, las cosas han cambiado: importan poco los perfiles… y El Corte Inglés necesita garantías, refinancia deuda, tiene acreedores…
Pero cuando ocurre eso, el problema no es que fuera se le ha perdido el respeto a El Corte Inglés, por cierto uno de los primeros anunciantes de nuestro país; sino que se le ha perdido el respeto dentro de la propia empresa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario