martes, 19 de febrero de 2013

Los Goya y la caverna


Vi la transmisión de la entrega de los premios Goya del cine español en su totalidad.

Disfruté con el espectacular comienzo de la parodia de Bienvenido Mr. Marshall.

Desde la sonrisa hasta la carcajada, pasando por constantes asentimientos de la cabeza y en más de una ocasión unos tímidos aplausos que se me escapaban en la intimidad del salón de mi casa, fueron la reacción al magnífico monólogo de Eva Hache, ya en directo.

Mantuve la tensión y la atención que merecían las intervenciones de la presentadora, por más que, como no podía ser de otra manera, los sucesivos gags sufrieran los lógicos altibajos, pero siempre en zonas próximas al sobresaliente.

Durante unos segundos pensé que era otro gag el lamentable error al dar a conocer el ganador del premio a la mejor canción, anunciado en principio para Líneas paralelas de El nens salvatge, cuando en el sobre facilitado por el notario figuraba la canción de Chicuelo y Pablo Berger No te puedo encontrar, que interpreta Silvia Pérez Cruz en Blancanieves. Y el error dio paso a mi indignación por el comentario posterior a la retirada del premio (y no me extraña que los señalados como ganadores que no lo eran abandonaran poco después la gala, no presa de la frustración por no haber sido los ganaderos, sino de la indignación por la torpeza del comentario de Adriana Ugarte.

Me pareció impecable, valiente y comprometido el discurso del director de la Academia, Enrique González Macho, características a las que se hace preciso añadir además la de medido en fondo, en forma, también en dureza y en el tiempo utilizado para su lectura. Naturalmente denunciando la piratería en Internet y la brutal subida del IVA de la cultura y el daño que esos 13 puntos (del 8 al 21%) está produciendo en el sector en general y en el cine en particular; reivindicó el cine “para sus creadores y para la sociedad a la que va dirigido, y negó su pertenencia a ningún partido político ni a los de la ceja, los del bigote, los de la barba o los de ningún otro apéndice capital, sino que es de todos, es un derecho de los ciudadanos y, como cultura, es un complemente: es parte esencial de todos”.

Las palabras de Maribel Verdú al recoger su premio por su interpretación de la malvada madrastra en Blancanieves recorrieron mis oídos y mi columna vertebral como un escalofrío de emoción, ante el compromiso de esta estrella de nuestro cine, con un brevísimo discurso basado en los diálogos de El Capital, de Costa-Gavras y sobre cómo se roba a los pobres para dárselo a los ricos, y acabar dedicando el premio a los que pierden su casa por los desahucios.

Una de las galardonadas con el Goya al mejor maquillaje y/o peluquería, Sylvie Imbert, se  lo dedicó a su casero, porque a veces “el sueldo del  cine español no da para el alquiler y aguanta y aguanta”.

Naturalmente, Javier Bardem, galardonado con el premio al mejor documental, como productor de Hijos de las nubes. La última colonia, reivindicó un Sahara libre, puesto que a esa zona olvidada del mundo desde que en 1975 España la abandonó a su suerte está dedicado el documental. Y habló de que los saharauis no se les puede echar de sus casas ni recortar en Educación ni en Sanidad, como aquí.

Y la emoción del joven, entusiasta y estupendo equipo de Las Aventuras de Tadeo Jones, premio a la mejor película de animación, al mejor director novel y al mejor guió adaptado.

Y el nudo en la garganta con el Goya a la mejor actriz de reparto, hablándonos Cristina Peña de la muerte de su padre en un hospital público sin mantas y sin agua.

Y la espontaneidad de Juan Antonio Bayona, director de Imposible, la película española con producción hollywoodense, bajando del escenario al patio de butacas para llevarle personalmente el galardón a María Belón, presente en la gala, que es la mujer que inspiró su historia y dedicándoselo a la memoria de los 250.000 muertos del tsunami que en la Navidad del año 2004 asoló las costas tailandesas y otras bañadas por el Índico. Pero también su reivindicación del cine, sean películas superproducciones como la suya, grandes o pequeñas.



He hecho este sucinto relato a propósito, para preguntarme a continuación si todo esto es un mítin político, como cierta prensa, que alguien llamó hace años Brunete mediática y que yo califico de la caverna, viene recogiendo en sus páginas o en sus webs desde la misma noche del domingo. ¿Qué Eva Hache no dejó títere con cabeza? ¡Claro!, fue el mismo mítin político de millones de hogares españoles donde se habla desde la indignación por los millones de euros, el Palacio de Pedralbes, el destierro a golpe de millones en Washington durante meses de Iñaki Urdangarían, a los millones de euros de Bárcenas y el Partido Popular cuyos líderes venían cobrando sobres extras sobre unos salarios extras que son un insulto a las carencias y miserias en las que el gobierno de Zapatero y el de Rajoy están condenando a las clases medias de este país.

¿Que se criticó la amnistía fiscal? Como se hace en millones de hogares españoles, indignados sus parados (son millones también los hogares donde todos los que están en edad de trabajar se encuentran desempleados) porque Bárcenas, antes de aclarar de dónde proceden sus 22 millones en cuentas de Suiza se los trae a España pagando un mínimo porcentaje que le amnistía de todo cuanto no sea la procedencia ilícita de ese dinero, si así fuera.

¿Qué se despotricó con el IVA de la cultura? Tanto como se hace en millones de hogares españoles con lo que ha supuesto para todos nosotros la subida del IVA en la cultura y en todos los demás órdenes del consumo. ¿O qué pretende la caverna: que hablen actores y actrices, directores y productores, maquilladores y modistos del cine español de la subida del IVA en los productos de higiene femenina?

¿Qué el director de la Academia dice que no es de recibo que el cine español tenga el IVA más alto de Europa? Como en millones de hogares españoles celebramos el mitin diario de la subida de las tasas universitarias y las comparamos con la educación en Finlandia.

¿Qué el director de la Academia denuncia que en la gestión de la crisis económica se ha impuesto la razón de Estado al estado de la razón? Ese es el resumen en once palabras de lo que nos vienen haciendo al resto de españoles con las mentiras de Zapatero, primero, y de Rajoy después.

¿Qué se denunciaron los recortes en Sanidad y en Educación? Tanto como se hace en millones de hogares españoles, y para colmo de pronto descubrimos que el cine no es una casta privilegiada –lo son, como en todas las profesiones, un porcentaje mínimo de quienes trabajan en el sector- sino que hay magníficas actrices, incluso galardonadas por su magnífica interpretación de reparto, que piden trabajo, y que además padecen los recortes de los hospitales en sus propias carnes o que se inquieta ante cual será la educación gratuita que tendrá su hijo.

Esta es la verdad, la diga Agamenón o su porquero… Que la caverna la escriba como le gustaría que fuera a quienes leen sus publicaciones es otra cosa. Pero, hombre, que no se propongan cosas tan ridículas como que deje de transmitirse por televisión la gala del cine español. ¿Y privarnos de la intensidad del Goya de honor a Concha Velasco, primero con los asistentes puestos en pie, después con su discurso y finalmente con el homenaje que en forma de popurrí le dedicaron la conductora de la gala y un coro de cantantes improvisados con un magnífico cuerpo de baile? ¿Y privarnos de la emoción transmitida a todos los que le admiramos del premio a José Sacristán, con sus compañeros entregados a su trayectoria en la ovación más larga de la noche…? ¿Y privarnos también de las lágrimas, la emotividad, las dedicatorias de Macarena García, premiada como actriz revelación por su papel en Blancanieves?

Que un espectáculo como el del domingo por la noche tenga un 23% de audiencia reconforta a quienes encendemos muy poco el televisor no nos vaya a poner el salón perdido la telemierda. Puestos a criticar, no deja de extrañar que esos medios tan celosos de que el mundo del cine solo hable del mundo del cine (como si la cultura tuviera que renunciar a ser un reflejo de la sociedad), no se escandalizaran ante lo que a todas luces fue una consigna (¡como en los viejos tiempos!) para que las cámaras no enfocaran al ministro de Cultura, Wert, en cualquiera de las numerosísimas ocasiones en que fue objeto directo de las críticas de los galardonados. ¿Se imaginan el espectáculo televisivo que hubiera supuesto alternar la imagen del director de la Academia leyendo su discurso con la cara del ministro, junto al que pasó el resto de la gala? Pero la consigna era no enfocar al ministro. Es decir, ya que no podemos manipular lo que se dice en un directo, manipulemos al menos la forma de retransmitir las invectivas contra el gobierno que nos ha puesto a dirigir la televisión, no nos vaya a quitar ahora el pesebrazo. Y ¡Vivan las caenas…!

Pero, en fin, a los de la Brunete mediática o a la caverna, les repetiría una de las frases del discurso del director de la Academia de Cine, Enrique González Macho: “Quienes no son capaces de cambiar de opinión se aman a sí mismos más que a la verdad “. Sin olvidar la  la cita que hizo de Miguel de Unamuno: “Solo el que sabe es libre. Y más libre el que más sabe. Solo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas. No la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo”. Y algunos, muchos años después, tienen miedo a la libertad.”

domingo, 17 de febrero de 2013

La vida misma de Arturo Fernández


Si cuando este lunes se abran las oficinas de la gran patronal, Ceoe, y de su regional de la Madrid, Ceim, no se recibe la dimisión de Arturo Fernández como vicepresidente de la primera y presidente de la segunda habrá que llegar a la conclusión de que este aspirante de medio pelo a mesonero mayor del Reino prefiere que le sigan inmolando los medios de comunicación antes de inmolarse él mismo, que es lo que hay que hacer cuando se traiciona con prácticas absolutamente condenables al sector que te ha otorgado su representación y, en definitiva, su confianza.


Se podrá preguntar que por qué precisamente este lunes, si ya dijo a los periodistas la pasada semana que se tomaba un tiempo de reflexión sobre la vida misma. Y la respuesta es clara: la vida misma de Arturo Fernández terminó de quedar al descubierto el pasado viernes hasta tal punto, que lo lógico es pensar que el fin de semana solo le ha servido al consejero sin cartera de Esperanza Aguirre antes y de Ignacio González ahora –tal para cual- para preparar su despedida de los dos cargos de tan alta representación que ostenta (tiene otros, pero caerán como fichas de dominó en cuanto cese en Ceoe y Ceim).

Decididamente, el viernes no fue un buen día para él. Para empezar, se filtró la noticia de que Arturo Fernández mantiene desde 2005 una deuda con Turespaña de casi tres millones de euros por el  impago durante tres años, los que mediaron hasta 2008 en que le fue retirada la concesión que este organismo, dependiente de la Secretaría de Estado de Turismo, le había hecho de la cafetería y restaurante del Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana esquina a la calle Capitán Haya de Madrid. Y es que ante discrepancias surgidas con el casero, que trató de modificar las condiciones de la concesión, Arturo decidió dejar de pagar las tarifas de alquiler, explotación y mantenimiento del servicio del que era concesionario nada menos que durante tres años.

Poco después, se supo que Arturo Fernández también debe dos millones de euros a Ifema, de cuyo servicio de catering es igualmente concesionario. En este caso hay otro escándalo añadido: el 33% de Ifema es propiedad e la Cámara de Comercio de Madrid, de la que Arturito es presidente; y el 7% es propiedad de Bankia, de la que Arturito fue consejero y cuyas cuentas firmaba sin mirar, como manifestó al juez que instruye el sumario por lo ocurrido en esa entidad.

Y por si faltara algo, por la noche, en el programa informativo más escuchado de la radio española, Hora 25, de la cadena Ser, fue entrevistada una antigua trabajadora de Arturo Fernández, que contó con pelos y señales cómo se pagaban fuera de nómina, en metálico y en sobres las horas extraordinarias que hacían, la respuesta que obtenía cuando reclamaba cualquiera de sus legítimos derechos y hasta la evidente connivencia entre los representantes sindicales y la dirección de las empresas del presidente de Ceim.

Ésta, por lo que se ve, ha sido la vida misma sobre la que reflexiona Arturo Fernández. Y ya no caben ni más eufemismo, ni más tomaduras de pelo, ni más huidas hacia delante… El ejemplo de su concuñado, Gerardo Díaz Ferrán, al que, por cierto, cuando empezaron las dificultades que acabaron llevándole a prisión él puso como paradigma de lo que sufrían los empresarios con la crisis, debería bastarle para que esta misma mañana haga efectiva la dimisión de sus cargos. Será divertido a partir de ese momento, el siguiente movimiento dentro de Ceim, donde Lourdes Cavero, esposa de Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, es adjunta a Arturo Fernández y vicepresidenta.

En una larga conversación que he tenido este fin de semana con uno de los hombres que mejor conocen las cloacas del Estado, las de muchos ayuntamientos y las de no pocos gobiernos autonómicos, con la virtud, además, de no haberse pringado ni los bajos de los pantalones, me decía que es que la corrupción alcanza a todas las instituciones y a todos los partidos. Debe ser –digo yo- la vida misma, tan parecida a la del Arturito de sus pecados.

martes, 12 de febrero de 2013

Los problemas de Arturo Fernández


            Le atropellan los problemas a Arturo Fernández en lo que, a todas luces, parece que es una huida hacia delante. Al vicepresidente primero de la gran patronal o Ceoe, presidente de la madrileña (Ceim) y de la Cámara de Comercio de Madrid, propietario de un complejo entramado de empresas de hostelería en general y restauración en particular, experto en conseguir concesiones de catering para instancias oficiales y ministro o consejero sin cartera del gobierno regional de Madrid (otros le llaman noveno consejero, porque los oficiales son ocho), que hace algunas semanas tuvo que dar explicaciones –nada convincentes, por otra parte- sobre una deuda de más de medio millón de euros que le reclama la Seguridad Social, parece que le han pillado en un episodio sobrecogedor –tan de moda desde la aparición de los papeles de Bárcenas-, y todos los datos apuntan a que parte de los salarios devengados por sus empleados –más de 2.000- lo pagaba en dinero B y en sobres para que, curiosamente, no devengaran ante la Seguridad Social.

Añádase también a ello la inquietud, que no es nueva, de sus proveedores por los retrasos en los pagos, el cierre de alguno de los emblemáticos restaurantes que adquirió en su huida hacia delante y la millonaria deuda que le reclama el ayuntamiento andaluz de Mojácar por el impuesto de bienes inmuebles de un hotel de su propiedad y ahora cerrado, y sacaremos la conclusión de que no soplan buenos vientos para las patronales españolas, después del escándalo de Díaz Ferrán –hoy ilustre recluso de la prisión de Soto del Real-, curiosamente concuñado de Arturo Fernández, y ahora con el escándalo de éste. Además de su relación “familiar”, une al ex presidente de la gran patronal y al que a no mucho tardar dejará de ser presidente de la madrileña algo más: su admiración y confianza con Esperanza Aguirre. Si para Díaz Ferrán “Esperanza es cojonuda”, expresión recogida por un micrófono indiscreto en el curso de un acto cuando, claro, Gerardo no andaba aún tras los barrotes, para Arturo Fernández la ex presidenta madrileña es mucho más. Y si es verdad que a los santos hay que adorarlos por la peana, no debe ser ajeno a esa especie de do ut des de la relación de Arturo con Esperanza o de Esperanza con Arturo, el hecho de que éste se apresurara a nombrar vicepresidenta de la Ceim  y adjunta a la presidencia –es decir, a él mismo-, espléndidamente pagada por cierto, a Lourdes Cavero, esposa de Ignacio Gonzàlez, el delfín de la lideresa y hoy presidente de la Comunidad de Madrid, además de propietario del “cholloático” en la Costa del Sol que tenía alquilado a precio de chabola.


Tampoco Esperanza Aguirre es ajena a la presidencia de Arturo Fernández de la Cámara de Comercio, puesto al que accedió después de alcanzar la presidencia de los empresarios madrileños. La lideresa movió todos los hilos para cargarse a Salvador Santos Campano en una maniobra que solamente la decencia y bonhomía de éste evitó que se convirtiera en un escándalo de grandes dimensiones. Y por algún sitio tengo yo una foto en la que, en el acto del relevo en la Cámara de Comercio, se aprecia una mirada de complicidad entre Esperanza Aguirre y Arturo Fernández en presencia de un Salvador Santos Campano que recoge los papeles. Como fue en el despacho de Esperanza Aguirre presidenta de la Comunidad donde se fraguó el repaldo de la patronal madrileña a la candidatura de Rosell como presidente de la Ceoe, a cambio de que Arturo Fernández fue nombrado primer vicepresidente de la gran patronal, que tiene un magnífico salario. Desconozco las tareas que Arturo Fernández hace en la Ceoe, además de erigirse en portavoz de la misma interviniendo en todos los medios como tal, pero si es lo que hacía como consejero de Bankia, donde tampoco era malo el salario, aviados están los empresarios. Recuérdese que con absoluta naturalidad, Arturo le dijo al juez que él no miraba las cuentas de Bankia que aprobaba: “Si la auditoría Deloitte decía que estaban bien las cuentas, no voy a leerlas”.


En uno de los espléndidos perfiles del diario El País con caricatura de Sciammaerella, publicado ayer, se apunta la relación de Arturo Fernández con el Rey Juan Carlos, al hilo del atentado hace casi cinco años en un hotel de Bombay, que nos deparó la impagable imagen de Esperanza Aguirre tomando el primer avión con destino a Madrid y su aparición ante la prensa con unos calcetines de emergencia o de “atrezzo” (como si la lideresa no hubiera tenido siempre un completo armario en su despacho de la Puerta del Sol), mientras los empresarios que le acompañaban en el viaje se quedaban en el hotel de Bombay con el miedo en el cuerpo. Dice El País que Arturo Fernández llamó por teléfono al entonces ministro José Blanco y al Rey. “Su Majestad al aparato. Y sin intermediarios”, escribe el autor del perfil. Pero se puede añadir que el sin intermediarios quiere decir que Arturo es uno de los pocos españoles que tiene el número del teléfono móvil del Rey y, por tanto, no necesita pasar por filtro alguno para hablar con el Jefe del Estado. Y falta decir también que en la conversación con el Rey, Arturo le dijo: “Sáquenos de aquí Majestad, sáquenos de aquí”, Y, por cierto, los sacó. Como más tarde, y sin que tenga que ver con este episodio sino con la estrecha relación con el Jefe del Estado, cuando Jordi Gutiérrez Roldán dejó su puesto de Relaciones con los Medios de Comunicación de la Casa del Rey, vinculado al diario trabajo con los Príncipes de Asturias, Don Juan Carlos le pidió a Arturo Fernández que le buscara un puesto, y se apresuró a nombrarle director de Comunicación de la Ceim.

Oigo en la Ser a mi admirado y siempre bien informado Felipe Serrano que en la Ceim piensan que Arturo Fernández está ya amortizado, pero que la reunión de mañana de su cúpula directiva no será sesión de cuchillos largos sino de solidaridad con su presidente, aunque con la boca pequeña, a la espera de que caiga a la primera inspección seria de Trabajo o de Hacienda si no toma la delantera la Fiscalía General del Estado.

Mientras tanto, el discurso de Arturo Fernández se parece cada vez más al de su concuñado antes de convertirse en ilustre (¿) recluso de Soto del Real. Dice Arturo que está siendo víctima de una caza de brujas pero que el objetivo es bien distinto, señalando a Esperanza Aguirre e Ignacio González. Lo mismito que Gerardo Díaz Ferrán, que decía que la situación de sus empresas era la muestra de lo que estaba ocurriendo con el empresariado español y que seguro que no se vería así si se hubiera avenido a lo que el entonces presidente Rodríguez Zapatero le pedía sobre la reforma laboral. Por si acaso, los dos grandes valedores de Arturo Fernández, Esperanza Aguirre e Ignacio González, le defienden pero con cautela. A su defensa le añaden una expresión que es todo un síntoma: “De momento”.


domingo, 10 de febrero de 2013

Casino Gran Madrid como ejemplo

            Ahora que parece definitivo que Eurovegas (ya veremos el nombre que finalmente le dan) se instalará en Alcorcón conviene hacer un ejercicio de memoria sobre el juego en España, prohibido durante la dictadura y regulado con una estricta ley que el entonces ministro de la Gobernación (1976), Manuel Fraga, encargó al secretario general técnico del ministerio, el prestigioso catedrático de Derecho Administrativo Juan Alfonso Santamaría Pastor, hoy en uno de los más importantes bufetes internacionales de abogados, con sede central en Madrid. Valga como anécdota que el profesor Santamaría suele contar que cuando el ministro Fraga le encargó que fuera preparando una ley que regulara el juego, le dijo que “yo no tengo ni idea de ese tema”. Y el impetuoso Fraga le replicó: “Pues váyase a Montecarlo y lo aprende”.

            Mucho debió aprender el profesor Santamaría que, por cierto, continuó en el ministerio cuando Adolfo Suárez recibió el encargo de pilotar la transición y cambió el nombre de ese departamento por el de Interior. Mucho debió aprender –digo- porque a pesar de las modificaciones realizadas por las Comunidades Autónomas “arrimando el ascua a su sardina”, la Ley del Juego ha tenido los efectos deseados: 1) Que los casinos de juego españoles sean una actividad económica como cualquier otra. 2) Que no accedan a las sociedades propietarias de las licencias de juego personas o grupos internacionales para los que la explotación de casinos es “tapadera” de actividades dudosas. Y 3) Que la asistencia al casino sea un acto reflexivo para reducir al mínimo la ludopatía. Así que el Real Decreto Ley  16/1977 de 25 de febrero convocó el Concurso para la concesión de 18 casinos de juego en España, y entre sus condiciones, además de la garantía del desembolso del capital con el que acudían los aspirantes a una licencia, figuraba el límite para la aportación de socios extranjeros, que además tenía que ser en tecnología, y que en las grandes concentraciones urbanas –caso de Madrid- los casinos de juego estuvieran ubicados fuera del área metropolitana,

            Casino de Juego Gran Madrid obtuvo la concesión en esta Comunidad Autónoma, pero un recurso de otros concursantes supuso la suspensión de la misma a la espera de que el Supremo resolviera el contencioso. Y tiempo después, el Tribunal dio la razón a los promotores de Gran Madrid, reconociendo que era impecable su proyecto y todos y cada uno de los pasos que dieron hasta el fallo del Concurso.          A partir de ese momento, Gran Madrid se dispuso a levantar el mejor casino de España con ambición de convertirse en una referencia internacional. En octubre de 1981 comenzó su actividad, y su trayectoria en los más de 31 años pasados desde entonces es absolutamente ejemplar, a lo que no es ajeno el estar considerado como el mejor casino de España y ser una referencia en el resto de Europa. Y la empresa tiene otros dos casinos, el de Cartagena y el de Torrequebrada, éste en la Costa del Sol.

            La trayectoria del Casino Gran Madrid es la trayectoria del desarrollo de Torrelodones, pero es también la trayectoria del apoyo a obras sociales de gran importancia.  Desde la construcción de la Catedral de la Almudena hasta la ayuda a la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, y a la García Gil de ayuda a personas con discapacidad intelectual o a la de Amigos del Museo del Prado. Pero también Gran Madrid ha tenido y sigue teniendo iniciativas de ayuda de la Asociación de Víctimas de Violencia de Género y a Ande y a Médicos sin Frontera y a Cruz Roja. Y desde luego una de sus preocupaciones, ocupaciones y dedicaciones es la defensa a ultranza del juego responsable, para lo que incluye un test al que el jugador puede acceder fácilmente e incluso pone al servicio del jugador para el que el juego ha dejado de ser una diversión un teléfono y una dirección de correo electrónico.
             


            Estricto cumplidor de todas las obligaciones fiscales y sociales (la plantilla de Gran Madrid se ha movido siempre en torno a los setecientos empleados), su relación con los poderes públicos ha sido absolutamente ejemplar. La Comunidad de Madrid fue una de las últimas en autorizar el juego del póker, y a pesar de la competencia desleal que podía suponer ello, esperaron a que el gobierno de Ruiz Gallardón lo aprobara sin una queja… Aunque, como queda escrito, el Concurso de 1977 preveía 18 casinos en España, Gran Madrid aguantó la competencia que suponía la concesión de un nuevo casino en la Comunidad, y lo que hizo fue extremar su oferta a niveles de excelencia para definir bien el terreno en el que el nuevo casino tendría que “jugar” esa partida. Cuando se limitó el consumo de tabaco, Gran Madrid hizo las obras de adecuación correspondientes, y cuando, muy poco tiempo después, se decidió su prohibición absoluta, el casino la respetó como no podía ser de otra forma sin una queja por la inversión realizada, ya sin posible retorno. Y, curiosamente, aunque de aquellos 18 casinos fue el que más tarde abrió por imperativo del contencioso, ha acortado distancias con los demás hasta convertirse en líder. Tanto, que tiene la primera licencia de juego on line legal en España. Tanto también, que los casi 30 casinos agrupados en la Asociación Española de Casinos de Juego, decidieron elegir presidente al que en aquel momento era director general de Gran Madrid y hoy ostenta también el cargo de presidente, Angel María Escolano Belló, Licenciado en Económicas y Actuario de Seguros, que llegó a la dirección general hace 30 años, cuando acababa de cumplir los 29. Tanto, en fin, que él es el representante del sector del juego en la Ceoe, la gran patronal. Ahora, Gran Madrid se dispone a abrir sucursal en la capital, una vez  que los casinos han tomado carta de naturaleza; que, tal como fue el objetivo del legislador, son una actividad económica más; y después del nuevo marco legal previsto por la Comunidad, que autoriza la apertura de sucursales en Madrid, según un apartado de la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de los  presupuestos de 2012.

Llega –escribí en las primeras líneas- Eurovegas. Ahí tiene Sheldon Adelson el ejemplo de Torrelodones. Precisamente a Ángel María Escolano Belló, presidente y director general de Gran Madrid no le es ajeno sino que con toda probabilidad se debe a una iniciativa suya, la respuesta que la Asociación Española de Casinos de Juego da al proyecto de Adelson:  “Si las promesas de inversiones y generación de puestos de trabajo logran lo que argumentos y protestas no han conseguido en los últimos cinco años, bienvenidos sean esos progresosLa expansión de Adelson en nuestro país supone una competencia directa pero a la vez la vía de entrada de unas reformas legislativas de las que podría beneficiarse el sector en general. La asociación cree que si el Gobierno impulsa algún tipo de exención fiscal para los casinos o flexibiliza la Ley Antitabaco, esas modificaciones llegarán a todos los ámbitos, como así lo ha manifestado en alguna ocasión el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoso.”

Porque se hace preciso decir que el sector del juego ha sido durante años exprimido fiscalmente, desde aquellos primeros tiempos en que los impuetos locales y estatales directos, a los que había que sumar el impuesto de sociedades y el IRPF venían a suponer una carga fiscal no inferior al 80 por 100 que Gran Madrid y los otros 17 primeros casinos españoles pagaban religiosamente. Y sería conveniente que, adelantándose al compromiso adquirido con Sheldon Adelson sobre la fiscalidad, se redujera ésta desde ahora mismo para los demás casinos, con el fin de ganar el músculo necesario antes de la apertura de Eurovegas. Bien entendido que no le asusta a Gran Madrid la competencia que puede suponer el complejo de Alcorcón, situado a tan solo 33 kilómetros de  Torrelodones, porque como suele decir el presidente y director general ellos se reinventan cada día. Así que ya se preparan para responder al reto. Y es que si Eurovegas es la competencia que llega, el Casino Gran Madrid es el ejemplo que debe tomar Mr. Adelson.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Insoportable cinismo

Cuando se escriba la historia de los primeros 35 años de democracia en España, Esperanza Aguirre consumirá un capítulo entero. Brindo ya a quien corresponda el que bien podría ser el título de ese capítulo: "Insoportable cinismo". Y es que, casi 35 años después de que el pueblo español aprobara la Constitución y prácticamente los mismos que la lideresa lleva chupando de los presupuestos del Estado desde la política, hay que tener una cara muy dura para hablar de regeneración democrática, de devolver a los ciudadanos el poder que les hemos quitado o de que hay que acabar con la profesionalización de la política. Pero es lo que ha dicho hoy mismo después de un Comité de Dirección del Partido Popular de Madrid que, por cierto, sigue presidiendo Esperanza Aguirre, compatibilizando ese cargo con su actividad laboral, tras su reciente fichaje por una empresa "cazatalentos".

Como es público y notorio, la imprudencia es uno de los rasgos más característicos de Esperanza Aguirre, al que une su desparpajo y su populismo. Pero que hable de regeneración y de devolver a los ciudadanos el poder que les hemos quitado quien, por poner un ejemplo, ha utilizado de la manera más espuria que se recuerda en España la televisión pública de la Comunidad Autónoma, Telemadrid, permitiéndose el lujo de quitar y poner responsables de infomativos; tolerar si no propiciar la más descarada manipulación de un medio de comunicación público hasta reducir su audiencia a cifras prácticamente testimoniales, como preámbuilo para un salvaje ERE que ha puesto en la calle a más de 800 profesionales, mientras continúan los dirigentes nombrados por ella, y, como digo, hablar de regeneración democrática es una mezcla de cinismo, desparpajo, imprudencia y corrupción objetiva.

Esta señora que aboga ahora por acabar con la profesionalización de la política tiene 61 años, y a los 24 aprobó la oposición al Cuerpo Técnico de Información y Turismo. Su primer destino fue la jefatura de Servicio de Publicidad de Turismo en la Secretaría de Estado de Turismo, de la que era titular su tío, Ignacio Aguirre Borrell.Y hasta su ingreso en 1983 en Unión Liberal, transformada luego en Partido Liberal, esta profesional de la política fue sucesivamente jefa del gabinete técnico del director general del Libro y la Cinematografñia, y subdirectora General de Estudios en la Secretaría General Técnica del Ministerio de Cultura, subdirectora general jefe del Gabinete Técnico del subsecretario de Cultura.y subdirectora general de Fundaciones y Asociaciones Culturales.

En Unión Liberal ya dejó marcado uno de sus sellos, que es también el de la confrontación y la ambición, lo que provocó más de un choque con Pedro Schwartz, alma de esa formación,. Y luego, ya sin solución de continuidad, concejal del Ayuntamiento de Madrid durante 13 años, prácticamente desde su llegada a la Unión Liberal, y lamento no saber quién fue su padrino porque es obvio que no accedió a las listas por pegar carteles electorales por la ciudad; senadora, ministra de Cultura, presidenta del Senado y presidenta de la Comunidad de Madrid, a la que llegó de aquella manera (la traición de Tamayo y Saez, diputados socialistas, nunca aclarada), y de la que dimitió el pasado 26 de septiembre dejando la gobernación a su delfín, Ignacio Gonzàlez. 

Esta es la trayectoria de esta amateur (?) de la política en la que lleva prácticamente toda su vida. Que ahora nos dé lecciones de desprofesionalización de la política porque, gracias a ella por cierto, ha sido fichada por una empresa catalana dedicada a cazar talentos es de un cinismo insoportable. 

domingo, 3 de febrero de 2013

Pleno de Paloma San Basilio en el Casino Gran Madrid


Eligió el Casino Gran Madrid para iniciar su despedida del mundo de la música, aunque “prefiero decir hasta siempre que adiós”, escribió en el programa de mano. Pero me parece que si los próximos conciertos de su gira de despedida tienen la atmósfera, la entrega, el estilo, el gusto y el éxito del obtenido en el espectacular restaurante Mandalay del Casino que se reinventa cada uno de los días de sus 31 años largos de vida, no creo que Paloma San Basilio pueda decir ni siquiera hasta siempre, porque la queremos volver a ver y a escuchar luego, es decir, mañana mismo si es posible… Y también aquí, en el Casino Gran Madrid, después por cierto de una cena que podría firmar cualquiera de los estrellados cocineros que han acudido al reciente “Madrid Fusión”

Lleno absoluto en la Sala, una especie de “joya de la corona” del Casino Gran Madrid… Treinta camareros para casi 300 asistentes que acudían a la convocatoria de este “Paloma San Basilio en Concierto” que queda ya como uno de los hitos en la carrera de una de las mejores voces de la historia de la música en nuestro país. Del tartar de salmón ahumado sobre carpaccio de pulpo al lingote de chocolate con pan de oro y helado de violetas, el menú era una especie de lujo permanente para las papilas gustativas de quienes, mientras recordábamos la historia de Paloma San Basilio, escuchábamos música en directo (teclados, bajo y guitarra acústica), que nos trasladaba al Nueva York más vintage, como dice el eficacísimo departamento de Comunicación del propio Casino al explicar Mandalay: Royal de perdiz a las trufas con tropezones de su pechuga, bouqué de corderito lechal a la provenzal con migas de queso y filet mignon y el granizado de mango con crema de chirimoyas, antes del lingote mezclado con violetas.

Y a las doce de la noche, silencio en la sala, después de que las tres decenas de camareros, con una precisión de relojero, hubieran finalizado el servicio, para que toda la atención se centrara en el concierto que anunciaban ya las luces y la presencia de PSB (piano, saxo, bajo), como Paloma San Basilio bautizó su última gira de hace un par de años, que le llevó a buen número de ciudades españolas y a no pocas de América Latina.

Con un vestido rojo con bordados en oro hizo su presentación, y nos trasladó precisamente a América: Sabor a mí, Tú me acostumbraste, Ansiedad, Gracias a la vida, El día que me quieras…, en medio del entusiasmo de los asistentes a un concierto que en su primer tramo ya sonaba a único… Un cambio de vestido, del rojo a un “degradé” de azul a verde o de verde a azul, para meterse a los asistentes en el bolsillo con el Juntos, casi un himno en el largo repertorio de Paloma San Basilio, y en cuya interpretación mezcló su voz única y la mímica, para dar pistas al público, que cantaba entusiasmado alternándose con la propia cantante. Luego ¿Por qué me abandonaste?, Luna de miel.y sus títulos más emblemáticos para retirarse al camerino los minutos justos para enfundarse en un espectacular vestido blanco y retocarse el pelo. Se adivinaba la proximidad del No llores por mí, Argentina, de Evita… Pero antes, nos regaló un diálogo con el saxo, intreprertando Summertime. Luego, Memories, Yesterday, Let it be… mientras muchos de los asistentes al concierto musitaban las canciones, los fraseos de Paloma San Basilio, para la que no existe la temida cuarta pared desde aquel Sombras, su primer disco…, porque por lejos que esté el público, ella obra el milagro de interactuar con quienes la escuchan. Y otros repasábamos nuestra memoria de más del millón de discos vendidos por Paloma San Basilio; del Grammy a la Excelencia Musical, que recibió hace ya siete años: de El hombre de la Mancha con José Sacristán, con el que compartió también cabecera de cartel en el musical My fair lady; del increíble concierto con Plácido Domingo en Miami; del que ofreció con José Carreras en Bogotá y ante 20.000 personas… Y, claro, de Evita…

Porque de pronto apareció la más gigantesca aún Paloma San Basilio, enfundada en ese vestido blanco, con las luces trasladándonos al balcón principal de la Casa Rosada –sede del gobierno argentino-, con el PSB (piano, saxo, bajo…) sonando con la belleza que se necesitaba y el portento de su voz, con una interpretación justa, equilibrada, brillante sin concesiones: “Será difícil de comprender que a pesar de estar hoy aquí… mis lujos son solamente un disfraz, un juego burgués, nada más, las reglas del ceremonial…” Y el potente No llores por mí, Argentina…

Los asistentes se partían las manos… ¡Guapa…! era el grito más repetido… Ni que decir tiene que tuvo que volver… Y la gran sorpresa: Paloma San Basilio cantando a capela todo el repertorio que le pedía el público… Se había producido la comunión que sueñan todos los artistas… Paloma nos había trasladado a su mundo: a su América, a su Los Ángeles de California, donde viven su hija y sus nietos y nos había trasladado las conversaciones con ellos, empeñada en desmentir la eterna juventud de su voz, la joven madurez de sus interpretaciones. Tuve la sensación de que ni nadie quería que aquello acabara ni Paloma quería irse… Había hecho uno de los múltiples “plenos” de su impecable trayectoria artística. Dio las gracias a todos… Desde luego a sus músicos, pero también a quien manejaba el sonido y a quien se ocupaba de las luces y al personal del Casino, “pendiente del más mínimo detalle”.  Hizo levantarse de su asiento a Raúl Sender y a Pedro Osinaga y a José María Yuste…, pero muchos nos levantamos para aplaudir el concierto. Paloma San Basilio había vuelto a hacer pleno en el Casino Gran Madrid donde ha querido iniciar su despedida del mundo de la música. Paloma prefiere decir hasta siempre antes que adiós… Nosotros nos agarramos a la posibilidad de que sea un hasta luego, aunque reviente la banca…