Dice el clásico que todo crimen tiene tres claves: móvil,
ocasión y beneficio. Hoy, en la Audiencia
Provincial de Córdoba, la sesión del juicio que se sigue por
el asesinato de los dos hijos de José Bretón y Ruth Ortiz ha estado dedicada a
descifrar en audiencia pública la primera de las claves, el móvil. Porque no
existe otro móvil en el terrible crimen que la venganza, elaborada hasta el mínimo
detalle por la mente de un ser incapaz de empatizar con cualquier otra cosa que
no sea consigo mismo, violento, machista, controlador, rencoroso, frío, un maltratador de libro, en las antípodas de la imagen que pretendió trasladar
ayer al jurado de padre ejemplar y amante de sus hijos; .
Uno de los grandes testigos de cargo de este juicio ha sido
quien bien puede ser calificada de tercera víctima del abominable crimen de José
Bretón, su ya ex esposa, que ha trasladado al jurado la verdadera personalidad
del padre de sus hijos, el calvario por el que pasó durante buena parte de su
matrimonio y hasta la frialdad –nada distinto a lo que hemos visto todos a lo
largo de estos casi dos años- con la que, de madrugada, José Bretón le cuenta a
la madre de sus hijos que “los he perdido. Lo siento, pero me ha tocado a mí
perderlos”.
La madre de Ruth, abuela de los dos niños asesinados, y su
hermano, tío de los pequeños, han completado la clave de un móvil que solo
puede encajar en la mente y la personalidad de un individuo como José Bretón,
cuyo definitivo perfil corresponderá describirlo en su momento a los peritos
psiquiatras y psicólogos, sin perjuicio de los matices que, sin duda, aportarán
los agentes que investigaron el caso y que compartieron con él prácticamente la
totalidad de los días que tardó el juez en enviarle a prisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario