jueves, 9 de febrero de 2012

Un triángulo demasiado... verde

Se hacen lenguas por los pasillos de la sede central... Parece que el asunto ha llegado a casi todos los despachos, aunque no al más alto, que, sin duda, es donde se pronunciará la última palabra, habida cuenta del puesto que ocupa el principal implicado, aunque la responsabilidad es compartida por los "tres lados". Es una historia tan vieja como el mundo pero que amenaza con socavar los cimientos de un departamento construido día a día durante décadas, hasta situarlo como el de mayor prestigio de España. Al sucesor le han bastado dos años para emplearse a fondo con una piqueta que, hasta ahora y por fortuna, a duras penas ha conseguido abrir un pequeño boquete. Pero cuando se confunden las relaciones externas e internas con las relaciones íntimas se corren peligros y, sobre todo, se amenaza el buen nombre de una organización ejemplar también en todo cuanto tiene que ver con derechos de trabajadores y trabajadoras y con igualdad de género.

Un jefe, una secretaria y el marido de la secretaria. Convenientemente barajados los tres protagonistas puede dar para un vodevil o... para un escándalo. Y en la sede central de la empresa ejemplar e impermeable a cualquier escándalo no hay representaciones de teatro. Así que el escándalo está servido... El jefe nombra al marido su segundo de a bordo, que es enviado constantemente a viajar por las distintas delegaciones... La secretaria, tan sola, es consolada por el jefe, y la soledad abre el paso a la pasión. El siguiente capítulo tiene algo de cobardía, algo de indigno y miserable consentimiento y la habitación de un hospital. El jefe no da la cara cuando le piden explicaciones desde despachos más altos; el viajero y "coronado" segundo prefiere no saber nada para no perder su privilegiado puesto (se desconoce si abriga a su jefe en noches de frío); y la apasionada secretaria cae en una depresión.

El último capítulo está por escribir... El triángulo se ha vuelto demasiado... verde.