El programa “Más Vale Tarde” (La Sexta ), sin duda el de
mejor, más fiable y más rigurosa información del “caso Bretón”, ha llamado la
atención hoy sobre un hecho que a mí me parece gravísimo: lo que bien podría
ser calificado de acuerdo entre el defensor de Bretón y nada menos que la
antropóloga forense de la
Policía que confundió con huesos de roedores los restos
encontrados en la hoguera encendida por el hoy acusado de un doble asesinato.
La declaración de la doctora Josefina Lamas asegurando que en la Policía se comentaba que
los “huesos se fueron de copas”, en referencia a que fueron sacados de
dependencias policiales y llevados a un bar o restaurante para mostrárselos al
doctor Etxeberría (que los identificó como humanos y pertenecientes a dos niños
de 2 y 6 años, las edades de los hijos de Bretón), no fue espontánea, sino la
respuesta a la pregunta del defensor de Bretón: “¿Ha oído usted decir –le
preguntó a la antropóloga, que comparecía como perita forense- que la muestra
número ocho (uno de los huesos) se fue de copas?” Y la doctora Lamas contestó:
“Lo que yo oí es que los huesos se fueron de copas”.
La abogada Beatriz de Vicente, que comenta en “Más Vale
Tarde” desde el punto de vista del Derecho Penal las sesiones del juicio, ha
detallado hoy la gravedad de esta manifestación: En primer lugar, porque no es
espontánea y, en consecuencia, supone un acuerdo entre el abogado y la perito,
que, por cierto, no es de parte; en segundo lugar porque a lo largo de toda la
instrucción, jamás la doctora Lamas dijo que había escuchado que “los huesos se
fueron de copas”, a pesar de que precisamente por su condición y la
responsabilidad que tiene estaba obligada a comunicárselo a sus superiores, que se lo harían llegar al juez instructor; en tercer lugar porque, de
ser cierta su manifestación, la prueba de los huesos tendría que ser invalidada
y el doctor Etxeberría así como los agentes
policiales que han manifestado que jamás se rompió la cadena de custodia de los
huesos incurrirían en responsabilidad penal ; y por último porque, de no ser cierto lo manifestado por la doctora con
toda probabilidad con el acuerdo previo con el abogado de Bretón, no solo ha
puesto fin a su carrera (por otra parte muy brillante), sino que tendrá que
responder penalmente por lo dicho (recuérdese que el presidente del Tribunal dedujo testimonio de sus manifestaciones).
Escribí ayer de la condición humana, y con esta expresión
titulé mi comentario. Hoy, tras la información de “Más Vale Tarde” y los
comentarios de la penalista De Vicente, hay que volver a la condición humana
como única explicación de la actitud de la doctora Lamas. No me extraña la poca
atención que ha merecido la sesión de hoy, a pesar del testimonio del experto
que analizó el teléfono móvil de Bretón, identificó todas sus llamadas a partir
del 15 de septiembre, cuando la esposa del procesado le anunció su decisión de
divorciarse, y que ha desvelado el borrado del teléfono que hizo el procesado
el domingo que los niños desaparecieron y la desconexión durante las cuatro
horas en las que se sitúa el asesinato de los dos pequeños. Y aunque el experto
ha deshecho otra parte de la coartada de Bretón, en la Sala de la Audiencia de Córdoba seguían
resonando las palabras de la doctora Lamas del día anterior. Más pareciera que
el “caso Bretón” se hubiera convertido por unas horas en el “caso Lamas”.
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