miércoles, 23 de octubre de 2013

Rajoy, bajo la lluvia

Lo oigo reiteradamente y no doy crédito. Cuando los periodistas abordaron ayer a Mariano Rajoy para preguntarle su opinión sobre la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos, el presidente del gobierno español se limitó a decir: “Está lloviendo mucho, gracias”.

Le doy a Mariano Rajoy siete alternativas (y hay muchas más) a su florido verbo:

1. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento al conocer que esa sentencia va a suponer la puesta en libertad de muchos asesinos”.

2. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Y después no tengo por menos que lamentar que desde 1978 hasta 1995, años en parte de los cuales yo fui diputado de la Nación, no propusiéramos una modificación del Código Penal para que los terroristas cumplieran la integridad de las penas a que fueran condenados con la limitación de 40 años”.

3. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Como heredero que soy de los anteriores gobiernos asumo mi parte de responsabilidad, porque no cabe duda de que había otras fórmulas bien diferentes de la doctrina Parot, que ahora Estrasburgo echa abajo, para impedir el dolor añadido que para las víctimas supone ver cómo salen en libertad los asesinos de sus hijos, madres, padres, hermanos, amigos, etcétera”.

4. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Por otra parte, quisiera enviar a la opinión pública el mensaje de que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo forma parte de nuestro ordenamiento jurídico y, por tanto, debemos respetar sus decisiones, por más que yo desde luego no la comparto. Ahora no es al gobierno al que corresponde ejecutar esa sentencia, sino a los tribunales juzgadores de los delitos por los que está encarcelada la etarra que recurrió la aplicación de la llamada doctrina Parot y de los delitos de cuantos terroristas u otros delincuentes a quienes se les haya aplicado”.

5. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Ya he telefoneado al jefe de la oposición, el señor Pérez Rubalcaba, para que juntos hagamos una declaración pública sobre el tema. Ya saben ustedes que el terrorismo es una cuestión de Estado y, como tal, cualquiera de sus aspectos tiene siempre el acuerdo de los dos grandes partidos de la Nación”.

6. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Por otra parte, lamentando los inevitables efectos que tendrá la sentencia de la puesta en libertad de asesinos que fueron condenados a miles de años de cárcel, quisiera enviar a los terroristas el mensaje de que desde el gobierno y desde el parlamento, donde estoy seguro de que encontraré la unanimidad de todos los grupos, actuaremos con contundencia y denunciando los hechos en los órganos judiciales correspondientes cualquier acto que, con motivo de la puesta en libertad de esos asesinos, suponga la exaltación del terrorismo o cualquier otro delito o infracción incluso administrativa”.

7. “Antes de hacer cualquier valoración sobre la sentencia, permítanme una vez más solidarizarme con las víctimas del terrorismo, a las que se dirige mi primer pensamiento. Y permítanme también decirle a la banda terrorista que la decisión de Estrasburgo no mitiga ni un ápice la derrota que los demócratas hemos infligido a ETA después de tanto dolor como han generado en su más de medio siglo de actividad asesina”.

Cualquier cosa, presidente, menos el ridículo del “está lloviendo mucho, gracias”. Cualquier cosa, presidente, que no resulte tan miserable como lo que dijo usted ayer… Son demasiados crímenes, demasiados años de cárcel, demasiados asesinos, demasiado dolor como para que el presidente del gobierno español lo despache con la lluvia que, a buen seguro, tampoco moja a Mariano Rajoy.




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