domingo, 10 de febrero de 2013

Casino Gran Madrid como ejemplo

            Ahora que parece definitivo que Eurovegas (ya veremos el nombre que finalmente le dan) se instalará en Alcorcón conviene hacer un ejercicio de memoria sobre el juego en España, prohibido durante la dictadura y regulado con una estricta ley que el entonces ministro de la Gobernación (1976), Manuel Fraga, encargó al secretario general técnico del ministerio, el prestigioso catedrático de Derecho Administrativo Juan Alfonso Santamaría Pastor, hoy en uno de los más importantes bufetes internacionales de abogados, con sede central en Madrid. Valga como anécdota que el profesor Santamaría suele contar que cuando el ministro Fraga le encargó que fuera preparando una ley que regulara el juego, le dijo que “yo no tengo ni idea de ese tema”. Y el impetuoso Fraga le replicó: “Pues váyase a Montecarlo y lo aprende”.

            Mucho debió aprender el profesor Santamaría que, por cierto, continuó en el ministerio cuando Adolfo Suárez recibió el encargo de pilotar la transición y cambió el nombre de ese departamento por el de Interior. Mucho debió aprender –digo- porque a pesar de las modificaciones realizadas por las Comunidades Autónomas “arrimando el ascua a su sardina”, la Ley del Juego ha tenido los efectos deseados: 1) Que los casinos de juego españoles sean una actividad económica como cualquier otra. 2) Que no accedan a las sociedades propietarias de las licencias de juego personas o grupos internacionales para los que la explotación de casinos es “tapadera” de actividades dudosas. Y 3) Que la asistencia al casino sea un acto reflexivo para reducir al mínimo la ludopatía. Así que el Real Decreto Ley  16/1977 de 25 de febrero convocó el Concurso para la concesión de 18 casinos de juego en España, y entre sus condiciones, además de la garantía del desembolso del capital con el que acudían los aspirantes a una licencia, figuraba el límite para la aportación de socios extranjeros, que además tenía que ser en tecnología, y que en las grandes concentraciones urbanas –caso de Madrid- los casinos de juego estuvieran ubicados fuera del área metropolitana,

            Casino de Juego Gran Madrid obtuvo la concesión en esta Comunidad Autónoma, pero un recurso de otros concursantes supuso la suspensión de la misma a la espera de que el Supremo resolviera el contencioso. Y tiempo después, el Tribunal dio la razón a los promotores de Gran Madrid, reconociendo que era impecable su proyecto y todos y cada uno de los pasos que dieron hasta el fallo del Concurso.          A partir de ese momento, Gran Madrid se dispuso a levantar el mejor casino de España con ambición de convertirse en una referencia internacional. En octubre de 1981 comenzó su actividad, y su trayectoria en los más de 31 años pasados desde entonces es absolutamente ejemplar, a lo que no es ajeno el estar considerado como el mejor casino de España y ser una referencia en el resto de Europa. Y la empresa tiene otros dos casinos, el de Cartagena y el de Torrequebrada, éste en la Costa del Sol.

            La trayectoria del Casino Gran Madrid es la trayectoria del desarrollo de Torrelodones, pero es también la trayectoria del apoyo a obras sociales de gran importancia.  Desde la construcción de la Catedral de la Almudena hasta la ayuda a la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, y a la García Gil de ayuda a personas con discapacidad intelectual o a la de Amigos del Museo del Prado. Pero también Gran Madrid ha tenido y sigue teniendo iniciativas de ayuda de la Asociación de Víctimas de Violencia de Género y a Ande y a Médicos sin Frontera y a Cruz Roja. Y desde luego una de sus preocupaciones, ocupaciones y dedicaciones es la defensa a ultranza del juego responsable, para lo que incluye un test al que el jugador puede acceder fácilmente e incluso pone al servicio del jugador para el que el juego ha dejado de ser una diversión un teléfono y una dirección de correo electrónico.
             


            Estricto cumplidor de todas las obligaciones fiscales y sociales (la plantilla de Gran Madrid se ha movido siempre en torno a los setecientos empleados), su relación con los poderes públicos ha sido absolutamente ejemplar. La Comunidad de Madrid fue una de las últimas en autorizar el juego del póker, y a pesar de la competencia desleal que podía suponer ello, esperaron a que el gobierno de Ruiz Gallardón lo aprobara sin una queja… Aunque, como queda escrito, el Concurso de 1977 preveía 18 casinos en España, Gran Madrid aguantó la competencia que suponía la concesión de un nuevo casino en la Comunidad, y lo que hizo fue extremar su oferta a niveles de excelencia para definir bien el terreno en el que el nuevo casino tendría que “jugar” esa partida. Cuando se limitó el consumo de tabaco, Gran Madrid hizo las obras de adecuación correspondientes, y cuando, muy poco tiempo después, se decidió su prohibición absoluta, el casino la respetó como no podía ser de otra forma sin una queja por la inversión realizada, ya sin posible retorno. Y, curiosamente, aunque de aquellos 18 casinos fue el que más tarde abrió por imperativo del contencioso, ha acortado distancias con los demás hasta convertirse en líder. Tanto, que tiene la primera licencia de juego on line legal en España. Tanto también, que los casi 30 casinos agrupados en la Asociación Española de Casinos de Juego, decidieron elegir presidente al que en aquel momento era director general de Gran Madrid y hoy ostenta también el cargo de presidente, Angel María Escolano Belló, Licenciado en Económicas y Actuario de Seguros, que llegó a la dirección general hace 30 años, cuando acababa de cumplir los 29. Tanto, en fin, que él es el representante del sector del juego en la Ceoe, la gran patronal. Ahora, Gran Madrid se dispone a abrir sucursal en la capital, una vez  que los casinos han tomado carta de naturaleza; que, tal como fue el objetivo del legislador, son una actividad económica más; y después del nuevo marco legal previsto por la Comunidad, que autoriza la apertura de sucursales en Madrid, según un apartado de la Ley de Medidas Fiscales y Administrativas de los  presupuestos de 2012.

Llega –escribí en las primeras líneas- Eurovegas. Ahí tiene Sheldon Adelson el ejemplo de Torrelodones. Precisamente a Ángel María Escolano Belló, presidente y director general de Gran Madrid no le es ajeno sino que con toda probabilidad se debe a una iniciativa suya, la respuesta que la Asociación Española de Casinos de Juego da al proyecto de Adelson:  “Si las promesas de inversiones y generación de puestos de trabajo logran lo que argumentos y protestas no han conseguido en los últimos cinco años, bienvenidos sean esos progresosLa expansión de Adelson en nuestro país supone una competencia directa pero a la vez la vía de entrada de unas reformas legislativas de las que podría beneficiarse el sector en general. La asociación cree que si el Gobierno impulsa algún tipo de exención fiscal para los casinos o flexibiliza la Ley Antitabaco, esas modificaciones llegarán a todos los ámbitos, como así lo ha manifestado en alguna ocasión el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoso.”

Porque se hace preciso decir que el sector del juego ha sido durante años exprimido fiscalmente, desde aquellos primeros tiempos en que los impuetos locales y estatales directos, a los que había que sumar el impuesto de sociedades y el IRPF venían a suponer una carga fiscal no inferior al 80 por 100 que Gran Madrid y los otros 17 primeros casinos españoles pagaban religiosamente. Y sería conveniente que, adelantándose al compromiso adquirido con Sheldon Adelson sobre la fiscalidad, se redujera ésta desde ahora mismo para los demás casinos, con el fin de ganar el músculo necesario antes de la apertura de Eurovegas. Bien entendido que no le asusta a Gran Madrid la competencia que puede suponer el complejo de Alcorcón, situado a tan solo 33 kilómetros de  Torrelodones, porque como suele decir el presidente y director general ellos se reinventan cada día. Así que ya se preparan para responder al reto. Y es que si Eurovegas es la competencia que llega, el Casino Gran Madrid es el ejemplo que debe tomar Mr. Adelson.

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