Cuentan lenguas vespertinas (como sigue llamando un
amigo mío a las que son realmente viperinas) de la sede central de El Corte
Inglés que al llegar Manuel Pizarro al despacho del presidente, Isidoro
Álvarez, se restregaba los ojos. Y debió ser cuando exclamó aquello de “hay que profesionalizar la gestión”.
Probablemente, con el sudor perlándole su amplia frente. No le había hecho
falta ver mucho más que los papeles que había recibido en su despacho y el
recorrido por un edificio en el que en una esquina se cruzaba con el amanuense
que le escribe los discursos a Isidoro a un precio que deja en ridículo al que se los escribía a Matas
y encima los glosaba en el periódico del que era corresponsal, y al que conoce
de “larga data” de haberle visto también por alguna radio o algún periódico…
Hombre, pero si es
Estanislao, dicen que exclamó en otro aparte, cuando se dio de bruces con el
hijo de Pedro Rodríguez-Ponga y Ruiz de Salazar, que fue síndico de la Bolsa allá por los años
setenta, en la que Pizarro alcanzó unos años después el puesto de
vicepresidente… Por cierto, me cuentan que el bueno de “Tanis” viene haciendo
méritos (ya se sabe, sí, señor, sí, señor…) para ser nombrado consejero en la Junta General del próximo 31 de
agosto.
Y por allí andaba también
algún fiscal y algún juez que pertenecieron en su tiempo a la Audiencia Nacional
y hasta el ya ex decano de los jueces de Madrid, porque Isidoro Álvarez debe
pensar que le hace falta asesoramiento jurídico, mucho asesoramiento jurídico…
Y aunque las puertas giratorias, que no son convenientes en las grandes
superficies ya que en cualquier aglomeración pueden producir accidentes que
tan mal le sientan a la imagen de marca, bien diferente es una giratoria
virtual en la que pasas del foro a participar en unas jornadas jurídicas de la Fundación Ramón
Areces y, sin solución de continuidad, de la Fundación pasas a la plantilla de El Corte
Inglés. O peor, te transformas (¿o realmente lo eres?) en Torquemada, quemas
unas decenas de miles de libros con la historia de El Corte Inglés, y te dan un
espacio cultural para ti solito…
Y allí que continuaba su
recorrido Manuel Pizarro dándose de bruces con abogados, ex jueces, ex fiscales,
ex altos cargos del Partido Popular, periodistas (que nunca son ex, porque
entonces no les sirven) y ex comisarios de policía –otro día habrá que contar
lo de la seguridad- y ex guardias civiles…
Con este recorrido, Manuel
Pizarro se preguntaba necesariamente quién gestiona la empresa o, dicho de otra
manera, quiénes son los responsables de su decadencia hasta el punto de que le
habían llamado a él para encontrar soluciones. Y fue cuando se dio cuenta,
entre otras cosas, de que lo primero que había que hacer es profesionalizar la gestión, porque todos aquellos con los que se cruzaba no se los imagina él -ni nadie- gestionando nada menos que el gigante que dejó Ramón Areces hace veinticinco años.
Pizarro lo tiene claro:
sacar a bolsa del 15 al 25 % de El Corte Inglés, cerrar los centros no
rentables, rejuvenecer el consejo y profesionalizar la gestión… El reto lo tiene Isidoro encima de su
mesa y el plazo finaliza el 31 de agosto, en la Junta General …
Como diría Miguel Ángel
Aguilar, atentos…
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