jueves, 6 de septiembre de 2012

Espe en su salsa



José Antonio Zarzalejos, uno de los más finos analistas políticos de nuestro país, escribió hace algunos años que a Esperanza Aguirre le faltan algunas lecturas... Y creo que fue generoso... Yo añadiría que además de muchos -no algunas- lecturas le falta mucha cultura. Pero su desparpajo populista le lleva lo mismo a analizar la música como si Mozart fuera un aprendiz que a comentar la última obra arquitectónica como si para ella no tuviera secretos ni la construcción de las pirámides o, en fin, a confundir el nobel Saramago -cuando todavía no había obtenido el galardón de la Academia Sueca pero era ya considerado aspirante al mismo- con la escritora (?) Sara Mago (y si non è vero è ben trovato). Tiene además tres poblemas añadidos la lideresa: 1) La cohorte que le rodea (sí, presidenta, qué guapa eres presidenta, olé mi presidenta, eres la mejor, presidenta, y así ad nauseam); 2) Como todos los populistas confunde los votos con la razón o, dicho de otra manera, cree que por obtener mayoría en las urnas se lleva la razón en todos los debates; y 3) no se calla ni debajo del agua. Probablemente tenga un cuarto problema añadido: la lamentable oposición de que disfruta (y subrayo el verbo).

Ahora, a las veinticuatro horas de anunciar querellas, demandas o denuncias calificando de “amenazas de muerte” los "muérete, Esperanza" (la manipulación descarada es constante en su comportamiento) con que recibieron los estudiantes la apertura de un curso universitario que la lideresa se ha encargado de convertir en el más difícil de nuestra historia (con despido masivo de profesores y aumentos imposibles de las tasas), la han pillado (la imprudencia es otra de sus virtudes) diciendo que habría que matar a los arquitectos, porque a ella no le gusta el edificio que alberga el Ayuntamiento de Valdemaqueda. Pero que nadie espere que explique las razones ni que ofrezca referencias de diferentes estilos arquitectónicos ni que aporte siquiera sea un elemental análisis de la luz que recibe el edificio ni mucho menos que hable de razones medioambientales.... A la lideresa, simplemente, no le gusta el edificio... Ergo, hay que matar a los arquitectos... Ella, con su mayoría absoluta, lo diseñaría mejor.



N. del A.- En cuanto que ha trascendido la pillada, Esperanza Aguirre ha pedido perdón. Pero hay errores y expresiones que un político no se puede permitir.

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