El golpe de estado de Florentino

Lo ocurrido esta mañana en la Asamblea de socios compromisarios del Real Madrid es un golpe de estado que lleva a Florentino Pérez a la condición de presidente vitalicio. Los veinte años de antigüedad como socio exigidos a partir de hoy a todo candidato a la presidencia del club y la obligación de responder con su patrimonio al porcentaje del presupuesto exigido como garantía deja a Florentino sin rival alguno, por si no fuera suficiente el indiscutible éxito de su gestión económica, aunque sea más que cuestionable su gestión deportiva. No parece ésta proporcionada a la enorme inversión realizada y menos aún al salario que recibe Mourinho y el poder absoluto que detenta el portugués.

Vicente Boluda, que fue presidente del Real Madrid, reconoce que ni siquiera en el año 2017 podría ser candidato a la presidencia porque le faltaría un mes para cumplir los veinte años de socio, y se hace una pregunta que es toda una denuncia del golpe de estado perpetrado por Florentino Pérez y ratificado por la mayoría absoluta de los socios compromisarios: "Si cualquier español mayor de edad puede ser presidente de todos los españoles, ¿por qué el Madrid impone esta exclusión?".

Si a las palabras de Florentino Pérez en la asamblea hay que atenerse cabría responder que "porque el Real Madrid no es un club de petanca" o porque "aquí no puede venir cualquiera con labia y quedarse con el club", lo que no sé si es el reconocimiento de su escasa capacidad dialéctica o el de que, carente de labia, sin embargo él ha llegado y se ha quedado con el club, sobre todo después de lo de esta mañana.

A pesar de las excelencias de Mourinho que el presidente del Real Madrid nos ha trasladado, yo me sigo quedando con Vicente del Bosque, por poner un ejemplo, que para Florentino (I época) era poca cosa, aunque llevó al equipo a ganar la novena Copa de Europa (con Mourinho y unos cuantos más todavía estamos esperando la décima) y luego ganó con la selección española el primer Campeonato del Mundo de nuestra historia y, sin solución de continuidad, un Campeonato de Europa a los cuatro años de que el combinado comandado por Luis Aragonés consiguiera este título. Que Mourinho entiende lo que es el Madrid y defiende y valora su historia es, simplemente, una opinión me temo que demasiado interesada de Florentino, que definitivamente ha olvidado lo que es lo que él mismo calificaba de "señorío". Y, en fin, que contagiado sin duda de su entusiasmo con el entrenador -cuya trayectoria es la de un vulgar mercenario del fútbol-, se atreva a calificar a los periodistas que discrepan de él y sus métodos de "niños que se ganan el prestigio en sus medios metiéndose con el entrenador". En un país más serio que el nuestro, las asociaciones de periodistas habrían emprendido ya algunas acciones que devolvieran a Florentino Pérez a la mesura y al madridismo que dijo venir a recuperar ya en su primera época como presidente del club más laureado del mundo, aunque en ocasiones se comporta como el de un club de petanca...