Después de leer el impecable análisis que de la Junta General de
Accionistas de El Corte Inglés publica S. McCoy en El Confidencial (http://blogs.elconfidencial.com/economia/valor-anadido/2014-09-01/acabaramos-ya-entiendo-la-llegada-de-pizarro-a-el-corte-ingles_183526/)
me siento relevado de cualquier necesidad de explicarlo yo, porque solo lo
empeoraría y echaría unas inmerecidas gotas de confusión a lo que es meridiana
claridad: es decir, que como vengo manteniendo desde hace un par de semanas, la
crisis llegó a El Corte Inglés.
Tanto, cabría añadir, que
con un departamento de Comunicación incapaz de poner en valor ni siquiera un
dato por difícil que resulte extraerlo de un año en el que El Corte Inglés ha perdido
el control de su financiera o ha tenido que avalar con sus mejores edificios un
crédito de 5.000 millones, además de con su división de seguros, leyendo las
informaciones publicadas y descontando algún que otro estómago agradecido podría dar la sensación de que Isidoro Álvarez,
el sempiterno presidente como le califica alguno, incluso ha consultado el
hígado de las ocas para saber el futuro que le espera a la que en otro tiempo
fue la más sólida empresa española.
Quiero decir que cunde una cierta
desazón cuando asociados a la Junta General de El Corte Inglés (la gran noticia
económica del primer lunes después del último domingo de agosto de cada año) se
ven términos como parchea los daños de
la crisis o confía su mejora al
repunte del consumo o no
éramosconscientes de lo que iba a durar la crisis (esta última en la boca
del sempiterno), nada técnicos por
otra parte, aunque nunca sabe uno si es mejor dejarlo así en vez de desvelar la
factura del auditor de las cuentas, como hace McCoy: 1,8 millones por servicios de auditoría y 5,53 por 'otros servicios'
coincidiendo con la refinanciación.
Si a todo esto añadimos que por algún sitito veo
el término ingeniería financiera
(toquemos madera, Isidoro) o que los datos de beneficio atribuido y
rentabilidad de 2010 y 2011 están elaborados conforme al Plan de Contabilidad
de 2007, y los de 2012y 2013 según las
normas internacionales de infiormación financiera; o que en el benefiio atribuido
a 2013 se incluyen plusvalías por la enajenación de instrumentos financieros
por más de 92 millones. Y que para colmo se ha reducido la inversión hasta
niveles de hace 20 años (a mi juicio no
tanto por menos oportunidades de crecimiento sino por la evidente crisis del
modelo actual sin haber definido el que ha de entar en la nueva competencia),
y la plantilla cuenta con 3.200empleados menos, habrá que concluir que, como
escribe McCoy, larga tarea tiene por delante Manuel Pizarro, el nuevo consejero
nombrado ayer.
Mientras y a pesar de descalificaciones de
pasillo, silencios cómplices o amenazas de futuro, reitero que la crisis llegó
a El Corte Inglés. La Junta General de ayer lo confirma,
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