En más de una ocasión he
advertido del mal uso que los periodistas hacemos del calificativo presunto y su adverbio correspondiente.
Y he explicado que el término es estrictamente jurídico, pero mis colegas lo
siguen utilizando quizás por la estricta aplicación de la presunción de inocencia o
acaso temiendo que el posible autor de un delito si finalmente es absuelto pudiera
demandar al periodista y su medio por acusarle de algo cuando ni siquiera había
sido juzgado por ello. Pero como se ve, la simple explicación ahonda en el
terreno del Derecho.
El calificativo sorprende
aún más referido a hechos como los del parricida de Moraña, autor de la muerte
de sus dos hijas, ejecutadas al parecer con una radial. Pero estos días vengo
leyendo en casi todas las informaciones sobre este terrible crimen el dichoso
término con una profusión digna de mejor causa; y crónica de agencia hay en la
que en sus seis párrafos no demasiado largos utiliza el adjetivo presunto y el adverbio presuntamente nada menos que en siete
ocasiones.
Vamos a ver: David Oubel le
anunció a su mujer por escrito que iba a matar a sus dos hijas y después se
suicidaría; David Oubel, días antes del parricidio, compró la radial en una ferretería;
cuando agentes de la Guardia Civil
accedieron al escenario del crimen avisados por la madre de las pequeñas,
encontraron a estas dos muertas y a David Oubel en la bañera con unas leves
heridas que se había hecho él mismo. Y todo ello, desgraciadamente, no son presuntos hechos y fueron cometidos, y no
presuntamente, por David Oubel…
David Oubel es el autor de
la muerte de sus dos hijas. Que en un alarde de precisión el periodista no
utilice una calificación jurídica, como la de asesino (lo que supone la autoría de los hechos, unas circunstancias agravantes y la responsabilidad penal en los mismos), no impide señalarle como autor, que no es una
calificación jurídica, hasta el punto de que el autor de unos hechos delictivos
puede ser absuelto judicialmente por unas circunstancias que hayan determinado
su inimputabilidad sin que ello suponga dejar de ser autor.
Pero es que, además, estoy
seguro de que habrá muchos lectores u oyentes que no necesariamente comparten la cautela por la que el periodista envuelve su perorata de tanto “presunto” y que pueden llegar a pensar que con la utilización del dichoso término se está poniendo en duda la autoría de los mismos.
Tranquilícense los colegas.
La palabra presunto aparece en su segunda acepción en la última edición del diccionario de la Real Academia (la primera dice
escuetamente “supuesto”) con la abreviatura previa de Der. (Derecho) y la
siguiente definición: “Se dice de aquel a quien se considera
posible autor de un delito antes de ser juzgado”. Y David Oubel, en
efecto no ha sido juzgado; pero, a mi juicio, es bastante más que el presunto o supuesto autor de la terrible muerte de sus dos hijas.
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